“Las virtudes humanas adquiridas mediante la educación, mediante actos deliberados, y una perseverancia, mantenida siempre en el esfuerzo, son purificadas y elevadas por la gracia divina. Con la ayuda de Dios forjan el carácter y dan soltura en la práctica del bien. El hombre virtuoso es feliz al practicarlas."[1]

INTRODUCCIÓN

La comunidad evangelizadora gozosa siempre sabe « festejar ». Celebra y festeja cada pequeña victoria, cada paso adelante en la evangelización. La evangelización gozosa se vuelve belleza en la liturgia en medio de la exigencia diaria de extender el bien. La Iglesia evangeliza y se evangeliza a sí misma con la belleza de la liturgia, la cual también es celebración de la actividad evangelizadora y fuente de un renovado impulso donativo.[2]

OBJETIVO

Al finalizar el tema las parejas comprenderán:

1) La verdadera felicidad.

2) El camino concreto que Jesús ofrece para la felicidad.

DESARROLLO

a) De acuerdo a las sesiones los objetivos se alcanzarán, como sigue:

Sesión 10         objetivos del 1 al 2

b) Citas bíblicas:

Sesión 10         Mt. 5, 1-12

 



[1] Catecismo de la Iglesia Católica 1810

[2] EXHORTACIÓN APOSTÓLICA EVANGELII GAUDIUM DEL SANTO PADRE FRANCISCO, SOBRE

EL ANUNCIO DEL EVANGELIO EN EL MUNDO ACTUAL, numero 22.


 

INICIO

2.10.1. Una familia feliz.

Hoy nos preguntamos:

·   ¿Somos una familia verdaderamente feliz?

·   ¿Qué es lo que nos da esa felicidad?

Para algunos, la felicidad se confunde con el placer o con la comodidad o con las diversiones y hasta con el desenfreno. Y eso, no es felicidad. Algunos piensan que la felicidad sólo la podrán conseguir fuera de casa, en la disco, con los amigos, en fiestas (o reventones), pero no con su familia.

Otros se acercan más a saber lo que es la felicidad, pero piensan que para ser felices necesitan estar contentos todo el tiempo. Necesitan vivir en un ambiente en donde nunca hay roces, ni confrontaciones, ni desacuerdos. Y eso, tampoco es la felicidad, al menos no en esta tierra.

Nosotros necesitamos descubrir el verdadero sentido de la felicidad, para así luchar constantemente por conseguirla.

En el transcurso de estos talleres, hemos ido descubriendo varias maneras de ser felices, como, por ejemplo, aceptándonos como personas y tratando de crecer como tales, eligiendo el amor y no el desamor, perdonando y pidiendo perdón.

Ese constante luchar por entendernos, por estar juntos, por apoyarnos en las buenas y en las malas, por mantenemos cercanos, aunque estemos físicamente lejos, compartir logros y también fracasos, escucharnos, etc., es lo que nos da la felicidad, a pesar de que muchas veces hay desacuerdos, heridas, pleitos, momentos de tristeza, de preocupaciones, carencias, etc. Lo importante es que haya amor y que nos preocupemos por mantenerlo vivo. El amor en la convivencia familiar, para mantenerlo vivo, necesita expresiones de cariño, diálogo, confianza, optimismo.

 

VIENDONOS COMO FAMILIA



ILUMINACIÓN

Descubriéndonos en la escritura. La palabra.

2.10.2. La felicidad y la Palabra.

La Palabra de Dios, toda en sí, es un llamado a la felicidad.

Todo lo que hacemos respondiendo a la Palabra es para nuestra felicidad.

Jesús nos pone caminos concretos de felicidad.



Los caminos que nos muestra Jesucristo en las Bienaventuranzas son oportunidades de reflexionar si de verdad somos felices. Todos estos caminos tienen como raíz el amor.

El amor de cada uno es oportunidad para atraer a los demás y a la vez, para ofrecer a los demás lo mejor que cada uno tiene.

2.10.3. Liturgia familiar.

MONICIÓN

 El Señor nos llama a ser felices. Toda nuestra vida es una oportunidad de construir felicidad o infelicidad. Necesitamos ser responsables de esa felicidad que requiere nuestra familia, para dársela.

RITO

En una hoja en blanco, escribamos una breve oración a nuestro Padre Dios, diciéndole de qué manera vamos a amar concretamente a nuestra familia para hacerla feliz.

Cada uno comparte su oración y la hace de corazón al Señor.

COMPROMISO

Cada uno pensando en el amor tan grande que Dios nos tiene, se compromete a cumplir con lo que escribió en su carta.

CONCLUSIÓN

Sintiéndonos felices y agradecidos con nuestro Padre por ser una familia que lucha por amarse, concluyamos con la oración por la familia.